Punto de partida

Artículo publicado por Carlos Poza

Cada elección es diferente y necesita ser tratada de forma particular. Los candidatos y sus partidos, las reglas electorales, el histórico de voto, las encuestas, el contexto político nacional y supranacional, la estructura sociodemográfica y socioeconómica de la región, las asociaciones y grupos de interés y hasta las empresas predominantes, todo esto y más, debe ser analizado con suma cautela y desde una óptica objetiva cuando nos presentamos a unas elecciones. Hay que tener muy presente que no todas las elecciones se van a ganar, pero que una buena estrategia es fundamental para conseguirlo y para tomar ventaja de nuestros principales rivales.

Las elecciones gallegas de febrero de 2024 representan un reto importante, tanto para el Partido Popular, como para sus adversarios. Tras el salto de Feijóo a la política nacional, el candidato del PP gallego y actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, adelantó los comicios electorales para intentar tomar ventaja fijando determinados temas en la agenda de la campaña.

De manera esquemática, este sería el contexto en el que se jugarán las elecciones. Lo primero sería remarcar que, a raíz de ganar todas las elecciones autonómicas desde 2009, se ha creado una falsa sensación de hegemonía de la derecha en Galicia. Pero la realidad es que el poder municipal de los municipios clave está en manos de la izquierda y solo existe un caso en el que hay un alcalde del PP: Ferrol. Tres de las cuatro capitales de provincia las gobierna un alcalde del PSOE y en Ourense lo hace el partido regionalista de la zona (Democracia Ourensana). 

Si ponemos la vista en el nivel nacional, tras las últimas Elecciones Generales, el bloque de la derecha sumó el 48,33% de los votos válidos mientras que el bloque de la izquierda junto con los nacionalistas llegó al 50,26%. Cierto es que el PP está en máximos históricos desde 2015, pero la matemática electoral que hay detrás de estas elecciones autonómicas, y que Vox haya decidido presentarse, hacen que el resultado que vivamos en dos semanas sea con mucha seguridad muy ajustado.

Inicio de la campaña y primeras encuestas

Los primeros sondeos han arrojado determinadas certezas y algunas dudas respecto al posible resultado una vez finalice la campaña y llegue el día de la votación. Una de las certezas más claras es la posición en la que quedarán los principales partidos: el PP ganará las elecciones, BNG repetirá segundo puesto y el PSOE será tercero con un resultado similar al de 2020. Pero tener esto claro, no nos dice mucho, porque para gobernar el PP necesita la mayoría absoluta (38 escaños) o, en el peor de los escenarios, 37 escaños y que Democracia Ourensana obtenga un diputado y apoye su investidura. La cifra en porcentaje de voto para que esto ocurra debería rondar el 45% del voto, no alcanzarla sería jugar con fuego y acercarse peligrosamente a la oposición.

 

Dado lo ajustada que estará la votación, para descubrir cuáles serán claves que marcaran la diferencia, es necesario profundizar en el análisis e ir desmenuzando la situación provincia por provincia. Fundamentalmente, y a nuestro juicio, existen dos aspectos que marcarán el resultado final: ¿Conseguirá Sumar algún escaño en las provincias de A Coruña y/o Pontevedra? ¿Cuánto afectará el voto a Vox en la optimización de escaños para el PP? 

Sumar, rozando el 5% en A Coruña y Pontevedra

Intentar dar respuesta y generar la estrategia adecuada basándonos exclusivamente en una encuesta (que tendrá una muestra de 1.000-1.200 personas a nivel autonómico y unas 400 en las provincias grandes), es prácticamente misión imposible. Hacen falta más herramientas y analizar muy bien los datos socioeconómicos disponibles para optimizar los recursos disponibles a la hora de trasladar el mensaje correcto a cada una de las zonas.

 

Una herramienta muy útil son los cuadros de mando detallados para ir analizando con el equipo zona por zona y decidir que mensajes o campañas digitales son más adecuadas para una de ellas. Por ejemplo, en la captura anterior vemos un mapa con el % de voto a Sumar por cada sección censal y todos los indicadores sociodemográficos y económicos disponibles para cada zona seleccionada. Gracias a estas herramientas podemos afinar mejor las encuestas para las zonas con menos muestra y podemos ir generando y estudiando los diferentes escenarios que se pueden dar el día de la votación.

El bloque de la derecha, clave en la mayoría absoluta del PP

Por el otro lado está la competición dentro del bloque de la derecha donde, como ya pasó en las últimas autonómicas gallegas en 2020, Vox se vuelve a presentar. Ese año el partido conservador sacó el 2,03% de votos en toda Galicia, sacando su mejor resultado provincial en A Coruña con un 2,11%. No parece que este año los resultados vayan a ser mucho mejores para el partido de Abascal, pero al pronosticarse una mayor participación ese 2% de los votos puede hacer mucho más daño a la hora de pelear por los últimos escaños (sobre todo en A Coruña y Pontevedra).

 

Por eso y como estrategia para optimizar al máximo el voto en el bloque de la derecha, se ha creado un algoritmo que analiza qué secciones censales son más proclives a votar al PP, o en su defecto aquellas en las que Vox ha aguantado mejor. Una vez desarrollado el modelo, los datos se muestran en un cuadro de mando que nos permite estudiar junto el equipo de campaña que acciones tomar para intentar atraer el voto de las zonas que nos interesen. Una de las estrategias que mejor funciona es crear dos mensajes diferenciados y distribuirlos en las zonas donde pensemos que mejor van a funcionar.

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